¿Cómo es posible que los niños peruanos no sepan escribir o al menos balbucear el quechua y el aimara a pesar de ser idiomas oficiales? ¿Por qué en las escuelas y en los colegios se enseñan afanosamente el ingles? ¿Qué pretensiones manejan los que ostentan el poder? ¿Acaso es un engaño más? ¿A dónde nos dirigimos aprendiendo un idioma que nos sega de la realidad? ¿Por qué no levantamos una voz de protesta contra estas incongruencias en el diseño curricular? ¿Y con que argumentos nos engañan para aprender a toda costa el ingles? Las preguntas surgen una tras otra. Siempre que surge la pregunta el ¿Porque que este idioma es implantado en los colegios? las respuestas pueden ser distintas así como la variedad de sus mentiras, uno de los argumentos es que al aprender este idioma una persona se abre a un magnifico mundo de conocimientos, en cambio otra es que en este idioma están escritas la mayoría de los últimos avances científicos. Mas aun el asunto se hace más tosca cuando en las universidades este idioma es un requisito para obtener títulos universitarios. Pero ¿Porque este idioma pretende imponerse en el mundo a pesar de sus tediosas manifestaciones? Y ¿Por qué no están otros idiomas?
Aprender el ingles es un asunto presuntuoso para muchas personas que sin entender y mucho menos conectarse con la realidad, son absorbidos por dilaciones sociales que solo se autoconducen a naufragar en su doloroso desviamiento de la realidad. El ingles no lo es todo como pretenden algunos. Pero tampoco es nada. Existen diversas academias de aprendizaje del ingles, pero con que pretexto se enseña. Muchas veces nos sentimos orgullosos por aprender el ingles y decir hello, bye, pero que avergonzados nos sentimos al decir imiynalla panallay o jallalla aymar warmi.
Cuando se llega a una escuela rural, es común ver a niños que entre bromas balbucean algunas palabras del ingles, a pesar de que estos parlotean casi a la perfección su idioma nativo, el problema esencial nace cuando estos sienten el temor de expresarse en su idioma. ¿Qué sucede entonces? Utilicemos la dialéctica para entender el problema; enfrentemos el quechua y el ingles, como tesis y antítesis respectivamente, una de las posibles síntesis que podemos extraer es que ambos idiomas resultan ser semejantes pero que evocan realidades muy distintas y que surgieron en panoramas disgregados. El quechua resulta ser el más adecuado a nuestra realidad y que por ende es el idioma que surge como una consecuencia y que por un deber debería ser aprehendido en los colegios. Muchos saben la gramática del ingles, pero soy muy inusuales las personas que saben redactar un documento en quechua, muy a pesar de hablarlo. ¿Cómo hablar de identidad si no se valora y se enseña lo que es nuestro? ¿Qué meritos tiene el ingles para que sea impuesto en los colegios? ¿Dónde esta el sentido de aprender primero un idioma burdo e innecesario en nuestra realidad y mas no uno que hablan nuestros padres y abuelos?
Muchos discreparan con lo dicho. No desechamos el ingles, pero no lo consideramos esencial; sin embargo en vez de ello esas horas echadas la olvido deberían de reservarse para aprender idiomas nuestros y que están sembrados en nuestros labios y en vuestro corazón.
Vivimos en un país inaudito en donde se declaran idiomas oficiales al castellano, quechua, aymara y otras lenguas aborígenes, pero que sin embargo se promueve el hablar un idioma extranjero। Lewis Carrol diría ¡Este es el país de las maravillas ¡ en donde Alicia se esfuerza por aprender ingles a pesar de tener padres indígenas y vivir a miles de kilómetros de las calles en donde se habla el ingles.
Aprender el ingles es un asunto presuntuoso para muchas personas que sin entender y mucho menos conectarse con la realidad, son absorbidos por dilaciones sociales que solo se autoconducen a naufragar en su doloroso desviamiento de la realidad. El ingles no lo es todo como pretenden algunos. Pero tampoco es nada. Existen diversas academias de aprendizaje del ingles, pero con que pretexto se enseña. Muchas veces nos sentimos orgullosos por aprender el ingles y decir hello, bye, pero que avergonzados nos sentimos al decir imiynalla panallay o jallalla aymar warmi.
Cuando se llega a una escuela rural, es común ver a niños que entre bromas balbucean algunas palabras del ingles, a pesar de que estos parlotean casi a la perfección su idioma nativo, el problema esencial nace cuando estos sienten el temor de expresarse en su idioma. ¿Qué sucede entonces? Utilicemos la dialéctica para entender el problema; enfrentemos el quechua y el ingles, como tesis y antítesis respectivamente, una de las posibles síntesis que podemos extraer es que ambos idiomas resultan ser semejantes pero que evocan realidades muy distintas y que surgieron en panoramas disgregados. El quechua resulta ser el más adecuado a nuestra realidad y que por ende es el idioma que surge como una consecuencia y que por un deber debería ser aprehendido en los colegios. Muchos saben la gramática del ingles, pero soy muy inusuales las personas que saben redactar un documento en quechua, muy a pesar de hablarlo. ¿Cómo hablar de identidad si no se valora y se enseña lo que es nuestro? ¿Qué meritos tiene el ingles para que sea impuesto en los colegios? ¿Dónde esta el sentido de aprender primero un idioma burdo e innecesario en nuestra realidad y mas no uno que hablan nuestros padres y abuelos?
Muchos discreparan con lo dicho. No desechamos el ingles, pero no lo consideramos esencial; sin embargo en vez de ello esas horas echadas la olvido deberían de reservarse para aprender idiomas nuestros y que están sembrados en nuestros labios y en vuestro corazón.
Vivimos en un país inaudito en donde se declaran idiomas oficiales al castellano, quechua, aymara y otras lenguas aborígenes, pero que sin embargo se promueve el hablar un idioma extranjero। Lewis Carrol diría ¡Este es el país de las maravillas ¡ en donde Alicia se esfuerza por aprender ingles a pesar de tener padres indígenas y vivir a miles de kilómetros de las calles en donde se habla el ingles.
Escribe: Jesús Mojo López
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