(Hasta Cuando el Último Ser Humano no Tenga Hambre)
Escribe: Jesús Mojo López
¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?
EDUARDO GALEANO
EDUARDO GALEANO
Siempre me he preguntado si es justo el mundo en el que vivimos o solamente es una ilusión lejana la justicia. ¿Por qué en la iglesia el cura predica incansablemente la justicia social, cuando sabemos que la religión es el origen de la miseria del hombre? Y mas aun cuando la religión ha sido aliada de la idea de exterminar a los pobres para que no haya pobreza en el mundo. ¿Y como imaginar un mundo sin pobreza cuando persisten las ideologías mercantilistas, que conciben al hombre como una mercancía del cual se aprovecha su fuerza de trabajo para convertir las riquezas naturales en mercancía; y no más bien como la causa esencial que origina las mercancías y que estos representan la riqueza transformada de una nación?
¿Qué sucede en el Mundo? Mientras los seres humanos sobreviven esquivando las tempestades de la existencia. ¿Qué hacen los gobernantes mientras la juventud – arma material de la filosofía revolucionaria- se destruye entre el licor y las drogas?
¿Qué hacen los organismos internacionales, mientras un niño en el África se muere de hambre y detrás de él un ave carroñera espera con paciencia su muerte?
¿Hacia donde se dirige un mundo repleto de seres humanos pobres y hambrientos? ¿Qué moral tienen las potencias mundiales, cuando claman a todos los vientos la paz mundial y son ellos mismos los mayores productores de armas de guerra? ¿En que contradicción historia esta cayendo nuestra humanidad?
¿Qué hacen las teorías empolvándose en algún baúl abandonado, cuando la humanidad necesita desesperadamente de su ayuda? ¿Qué hace la filosofía idealista discutiendo sobre religión cuando hay millones de hombres clamando el “Danos hoy el pan de cada día”?
¿Es ciega la realidad a los infortunios del hombre?
Hay hambre en el mundo, hay dolor en la existencia, hay enfermos en hospitales abandonados, hay prisioneros sin razón encarcelados por los dueños de cárceles que son en realidad los responsables de los delitos. Mientras muchos niños engordan comiendo plástico, hay muchos otros que ni comer plástico pueden; las escuelas rurales se han convertido en centros de reclutamiento, muchos niños son vendidos como mercancías y desde luego se convierten en esclavos modernos.
Pero sobre todo el hambre de los hombres rodea cada esquina, buscando cuerpos débiles para la muerte, el hambre ha llegado a copar las ciudades, se las ve gravemente arrastrándose como seres desvalidos.
¿Qué hace el derecho construyendo teorías cuando el mundo esta colmado de injusticia? ¿Para que esta el estado si su presencia es nula en la última comunidad? ¿Para que existe la policía; para protegernos o para reprimirnos y matarnos a balazos? ¿Para que la constitución si nadie esta dispuesta a cumplirla?
¿Qué hacer? Cuando hay millones de hambrientos implorando – perdonen la redundancia - una miga de comida. Es delirante el destino cuando sientes que nada se puede en un mundo estructurado por los poderes creados por los hombres desesperados velando intereses individuales. Pero más que hacer, nos queda la esperanza de un mañana mejor, nos queda la acción que realizaremos por delante, las armas que tomaremos para derruir un sistema opresivo, para demoler un sistema sin alma ni razonamiento.
Hay llagas imborrables que dejaremos como sujetos particulares y como sociedad, hay algo que hacer por delante, hay una razón para existir, y esa es la de luchar incansablemente hasta inhalar la ultima esperanza. Los millones de pobres y por consecuencia hambrientos no pensamos vivir más de rodillas sino mirando de pie el horizonte con la frente en alto, sin tener que derramar nuestra lagrimas sobre los zapatos de los seudodenominados dueños de la economía mundial; y lucharemos hasta alcanzar la victoria final, y esto no durara un día, un mes, un año; sino décadas de constante dedicación por lograr alzar la bandera que flameara en nombre de todos los seres humanos.
¿Qué sucede en el Mundo? Mientras los seres humanos sobreviven esquivando las tempestades de la existencia. ¿Qué hacen los gobernantes mientras la juventud – arma material de la filosofía revolucionaria- se destruye entre el licor y las drogas?
¿Qué hacen los organismos internacionales, mientras un niño en el África se muere de hambre y detrás de él un ave carroñera espera con paciencia su muerte?
¿Hacia donde se dirige un mundo repleto de seres humanos pobres y hambrientos? ¿Qué moral tienen las potencias mundiales, cuando claman a todos los vientos la paz mundial y son ellos mismos los mayores productores de armas de guerra? ¿En que contradicción historia esta cayendo nuestra humanidad?
¿Qué hacen las teorías empolvándose en algún baúl abandonado, cuando la humanidad necesita desesperadamente de su ayuda? ¿Qué hace la filosofía idealista discutiendo sobre religión cuando hay millones de hombres clamando el “Danos hoy el pan de cada día”?
¿Es ciega la realidad a los infortunios del hombre?
Hay hambre en el mundo, hay dolor en la existencia, hay enfermos en hospitales abandonados, hay prisioneros sin razón encarcelados por los dueños de cárceles que son en realidad los responsables de los delitos. Mientras muchos niños engordan comiendo plástico, hay muchos otros que ni comer plástico pueden; las escuelas rurales se han convertido en centros de reclutamiento, muchos niños son vendidos como mercancías y desde luego se convierten en esclavos modernos.
Pero sobre todo el hambre de los hombres rodea cada esquina, buscando cuerpos débiles para la muerte, el hambre ha llegado a copar las ciudades, se las ve gravemente arrastrándose como seres desvalidos.
¿Qué hace el derecho construyendo teorías cuando el mundo esta colmado de injusticia? ¿Para que esta el estado si su presencia es nula en la última comunidad? ¿Para que existe la policía; para protegernos o para reprimirnos y matarnos a balazos? ¿Para que la constitución si nadie esta dispuesta a cumplirla?
¿Qué hacer? Cuando hay millones de hambrientos implorando – perdonen la redundancia - una miga de comida. Es delirante el destino cuando sientes que nada se puede en un mundo estructurado por los poderes creados por los hombres desesperados velando intereses individuales. Pero más que hacer, nos queda la esperanza de un mañana mejor, nos queda la acción que realizaremos por delante, las armas que tomaremos para derruir un sistema opresivo, para demoler un sistema sin alma ni razonamiento.
Hay llagas imborrables que dejaremos como sujetos particulares y como sociedad, hay algo que hacer por delante, hay una razón para existir, y esa es la de luchar incansablemente hasta inhalar la ultima esperanza. Los millones de pobres y por consecuencia hambrientos no pensamos vivir más de rodillas sino mirando de pie el horizonte con la frente en alto, sin tener que derramar nuestra lagrimas sobre los zapatos de los seudodenominados dueños de la economía mundial; y lucharemos hasta alcanzar la victoria final, y esto no durara un día, un mes, un año; sino décadas de constante dedicación por lograr alzar la bandera que flameara en nombre de todos los seres humanos.
¡Vivan siempre los hombres con alma de hombres!
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